domingo, 29 de noviembre de 2015

Tenemos que tirarnos al suelo


Competir, esa palabra que todo entrenador tiene en mente. Saber competir. Competir en cada entrenamiento, competir en cada partido, competir en cada balón dividido. Ya puedes tener un equipo técnica y tácticamente excelente, que si se enfrenta contra un equipo que sepa competir a un alto nivel, no podrá hacerle frente. Ganas, intensidad, competir,... Llamémoslo como queramos.

Cuando comencé, no hace mucho, con las chicas de la generación 2002 del Jacarandá Brenes lo primero que buscamos fue ese deseo por querer aprender. También estuvimos, como a día de hoy, entrenando mucho trabajo técnico de recursos básicos. Pasadas las primeras semanas de entrenamiento llegaba el primer partido, el primero de sus vidas para la gran mayoría. Fue contra el siempre luchador Montellano. Lo recuerdo así más o menos:


Primera jugada, balón que tenían agarrado jugadoras de diferentes equipos que lograron llevárselo ellas. Continuos contactos en donde las nuestras siempre salían mal paradas. Canastas fáciles de Montellano sacando rápido de banda o de fondo. Pequeño golpe a una de nuestras jugadoras que rápidamente pedía el cambio porque decía que le dolía muchísimo, pero que lógicamente no era nada, sólo nervios. Otra jugadora exactamente igual, que le dolía la barriga y la cabeza y no podía jugar. Y lo último que más nos marcó, fue una jugadora rival que se tiró al suelo a por un balón.

Seguimos en la búsqueda intrínseca de ese deseo por querer aprender, también teníamos súper claro que la mejora del equipo pasaba por la mejora de la técnica individual de todas las jugadoras y añadimos otra pata a nuestra planificación: tenemos que tirarnos al suelo.

Con esa frase, queríamos resumir todos los aspectos a mejorar competitívamente, aunque lógicamente, tirarse al suelo es un ejemplo de competir, de luchar cada balón, de no dar nada nunca por perdido. Se trabajó y mucho estos aspectos. Queríamos enseñar a nuestras jugadoras a saber competir. Ejercicios donde se gana y se pierde, ejercicios en los que tienes que dar ese extra competitivo, ejercicios que provocan determinadas acciones, entrenamientos con mucho ritmo,... mil y una cosas más que ustedes, entrenadores, a buen seguro que ejecutáis.

No fue algo inmediato. Creo recordar que pasaron 4 o 5 partidos desde aquel debut. Y finalmente pasó algo que buscábamos, Chio se tiró al suelo. Una de nuestras jugadoras tuvo ese cambio de mentalidad que tanto perseguíamos. El banquillo aplaudió la acción levantándose como si de un triple en el último segundo se tratase. Las luchas ya no siempre nos la quitaban. Empezábamos a defender mejor esas bandas y fondos. En definitiva, dimos un paso adelante para aprender a competir.

¿Y ya está? ¿Ya lo hemos conseguido? Ni mucho menos. Este artículo lo saco del contexto actual de mis dos equipos. Estamos jugando realmente bien, no seré del todo objetivo claro está. Estoy muy contento con mis equipos en muchos aspectos. Pero hemos vuelto a fallar como en nuestros inicios, hemos perdido esa competitividad. Si no se trabaja esto día a día, lo pierdes, como todas las cosas. Por suerte, nos hemos dado cuenta los entrenadores a tiempo de que esto fuese a más y nos impidiese seguir creciendo.

No sólo es trabajarlo directamente para que salga. Depende de muchos otros factores como la calidad de los entrenamientos, el estado anímico, lo bien que se puedan sentir las jugadoras, la cohesión del equipo,... Todo va unido de la mano.

Recobramos nuestro objetivo del inicio: tenemos que tirarnos al suelo.

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