lunes, 23 de octubre de 2017

Acércate a tus jugadores con el entrenamiento invisible


Hablando con unos amigos entrenadores, comentamos la cantidad de artículos técnicos que podemos encontrarnos en cualquier rincón de internet. La mayoría de ellos muy teóricos, complicados de enlazar con facilidad en nuestro día a día. Es por ello que en este post quiero contar de nuevo mis mis vivencias como entrenador de baloncesto. Más concretamente voy a intentar narraros diferentes situaciones en las que el entrenamiento invisible me ha servido para poder llegar a los jugadores.

¿Conocéis el juego para móviles llamado Clash Royale? Ya os escribí en otro post acerca de ello. Teníamos en el equipo un jugador de menor edad, inquieto, pero algo tímido. Me costaba poder tener conversaciones de más de cinco segundos con él. Necesitaba conocerle más. En un final de entrenamiento me enteré que estaban hablando de ese juego. Esa misma noche, me lo descargué y empecé a jugar. Al entrenamiento siguiente, fuí a pedirle consejos al chico y él muy ilusionado me dijo un montón de cosas. Al día siguiente le volví a preguntar por el juego, pero también por otra cosa de más. Y así poco a poco, conseguí que tuviese confianza conmigo para mantener conversaciones de más de cinco segundos. Ya sé que es una chorrada y que habrá mil maneras diferentes de poder entablar conversaciones, pero realmente a mí me sirvió de mucho para conocer la situación particular de este chico. Por cierto, a día de hoy sigo jugando al juego e incluso me hecho partidas online con el pequeñajo.

lunes, 12 de junio de 2017

El placer de entrenar minibasket


¡Vaya temporada! Ahora que ya estamos terminando este curso deportivo, tenía la necesidad de escribir sobre la temporada que he podido vivir en primera persona. Una temporada llena de emociones. La temporada del minibasket, donde he podido disfrutar de un equipo femenino en mi club de toda la vida, Brenes; y otro equipo masculino, en un club referente como es Gines.

Recuerdo septiembre como si fuese ayer mismo. Unos inicios bastante ilusionantes, pero con una carga emotiva detrás muy fuerte. Todos los días en coche, cuando volvía de entrenar en Gines, tenía unos 30 minutos para pensar. Mis pensamientos eran única y exclusivamente para Alicia, jugadora mía que tristemente nos dejó en el pasado mes de junio. Esas lágrimas no me impedían llegar de Gines a Brenes con las ganas necesarias para entrenar a las niñas, todo lo contario, me daban muchas fuerzas.