miércoles, 5 de marzo de 2014

Ser consecuente con tus palabras


Hay algo que en la enseñanza, los entrenadores, debemos tener muy claro: Sí dices que vas a hacer algo, hazlo. Tenemos que ser consecuentes con la penalización que llevaremos a cabo con nuestros jugadores si no se realiza por su parte la conducta requerida previamente. No podemos volver atrás, si ya está anunciado el castigo, aunque después los intereses, quizás a corto plazo, no sean los más propicios.

Os pongo un ejemplo que todo el mundo entenderéis perfectamente:

El entrenador dice a principio de temporada, “Jugador que falte a un entrenamiento de la semana, no jugará el partido del fin de semana”. Hasta aquí muy bien la afirmación. Nos encontramos que por algún motivo, el jugador más destacado del equipo falta a un entrenamiento justo antes de un partido “importante”. El entrenador sabe que podrá perder el partido si ejecuta su amenaza. Pero, ¿Y si no la lleva a cabo? Quizás gane el partido llevando a ese jugador pero habrá creado un precedente con el cual ya todos sus jugadores dudarán de su palabra y de la firmeza de sus penalizaciones. Ni que decir tiene que si el jugador no fuese el más destacado del equipo, esta problemática no se tendría. Craso error de concepto.